MEDICINA FAMILIAR
En nuestro Servicio Veterinario creemos que es fundamental poder brindar un servicio completo a nuestros pacientes. Para ello, no sólo buscamos satisfacer las necesidades de la mascota a lo largo de toda su vida, sino también acompañar a su dueño, guiándolo en cómo estar atento a las diferentes enfermedades que la puedan afectar.
El concepto de nuestro Servicio Veterinario parte de la prevención de enfermedades de nuestros pacientes mediante la vacunación anual, la desparasitación y algunos chequeos de rutina. Además, brindamos un seguimiento de su salud y calidad de vida y contención a sus dueños, quienes en definitiva son los que acompañan a la mascota en todo momento.
Sabemos lo que su mascota significa. Sabemos cómo atender sus necesidades.
El concepto de nuestro Servicio Veterinario parte de la prevención de enfermedades de nuestros pacientes mediante la vacunación anual, la desparasitación y algunos chequeos de rutina. Además, brindamos un seguimiento de su salud y calidad de vida y contención a sus dueños, quienes en definitiva son los que acompañan a la mascota en todo momento.
Sabemos lo que su mascota significa. Sabemos cómo atender sus necesidades.
viernes, 22 de octubre de 2010
CÁNCER EN FELINOS
Empecemos con una pregunta ¿Cuál es el riesgo en los gatos de desarrollar tumores o neoplasias? No hay una respuesta unívoca: según la fuente bibliográfica (USA, UE o países puntuales) las estadísticas varían. Sin embargo, es importante mencionar las coincidencias: la mayoría de las neoplasias en felinos son de carácter maligno.
La piel como asiento de tumores o procesos cancerosos:
Los tumores de piel y de los anexos (uñas, pelos, glándulas sebáceas...) generan la mayor diversidad de neoplasias y son a la vez los más frecuentes. La piel es considerada un órgano y como tal posee una enorme variedad de células que la componen... todas ellas por muy diversas causas pueden iniciar un proceso neoplásico. Destacamos aquí que la proporción de tumores malignos / tumores benignos es de 3/1 en gatos, mientras que en el perro es de 1/2.
Frecuencia de aparición de los tumores de piel:
El 70% de los tumores de piel están representados por unos pocos tipos tumorales. Generalmente el médico veterinario diagnosticará, en primer lugar carcinoma de células escamosas (CCE), también llamado carcinoma epidermoide o epitelioma espino celular o carcinoma espinocelular. Otros tumores de piel que aparecen con mucha frecuencia son fibrosarcoma, mastocitoma y tumores mamarios (la glándula mamaria es una estructura que se forma en el embrión a partir de células de la piel).
El Carcinoma de Células Escamosas (CCE):
Es la neoplasia más frecuente de los gatos adultos. No se describen diferencias raciales o de sexo. Aparece a partir, generalmente entre los nueve y doce años, si bien hemos tenido pacientes más jóvenes y mucho más grandes. Estos tumores afectan principalmente el plano nasal, los bordes de las orejas, párpados, labios, frente de la cara y faringe. Más raramente pueden aparecer en otras zonas del cuerpo (miembros, torso...).
Estos tumores habitualmente son ulcerosos, perforantes, invasivos y cubiertos de costras. Rara vez son formaciones exofíticas o en más (aspecto de masa) aunque esto puede verse con mayor frecuencia en el interior de la boca. Diversos investigadores coinciden que este tumor es muy agresivo “in situ”, pero es poco metastásico (no da tumores secundarios a distancia).
Evolución del CCE:
Hay que considerar que existe mayor probabilidad (14 veces, dicen algunos autores) de que los gatos blancos en zonas de piel despigmentada (piel rosada) desarrollen un CCE. Aquí es donde es fundamental la observación del propietario y la consulta al médico veterinario, que podrá favorecer un diagnóstico precoz y un rápido tratamiento. Se identifican distintos estadíos: generalmente la evolución es lenta al principio y cuando el tumor logra penetrar la membrana basal del epitelio externo la evolución se torna muy agresiva. El CCE al principio aparece como una lesión menor, cubierta de una pequeña costra mucoide serosa, persistente en sitios de unión de piel normal con mucosa oral (bordes de labios, nariz o párpados) o en zonas marginales de las orejas.
El médico veterinario diagnosticará presuntivamente el CCE y el patólogo dará el diagnóstico final ya que hay otras patologías que pueden ser similares y requieren otros tratamientos.
Tratamientos:
El tratamiento de elección es la cirugía, cuanto más amplia y precoz, mejor pronóstico. Hoy día hay posibilidades de realizar radioterapia en lesiones pequeñas o post cirugía frente a recidivas. También la criocirugía da ciertos resultados. La quimioterapia según diversos autores da resultados muy variados con marcados efectos tóxicos: puede usarse de manera sistémica (adriamicina, mitrosantona) o local (cisplatino). Hay otra sustancias, como los retinoides sintéticos que se usan localmente sin grandes resultados.
La Inmunoterapia – Un Tratamiento Coadyuvante del CCE:
En el CIV hemos tratado varios gatos con CCE en diversos estadíos. La aplicación intra y peritumoral con interlucina 2 (IL2) e interferón alfa (IFNα), más un tratamiento sistémico y oral con IFNα nos permite afirmar que se obtiene una disminución en la velocidad del crecimiento del CCE. También se observa un cambio en el aspecto y no se ven efectos colaterales significativos como sí se observan con otras terapias. Este tratamiento inmunoterápico puede realizarse en animales sometidos a cirugía o criocirugía o animales donde se ha decidido no operar debido a la extensión o al difícil acceso de la lesión.
Discusión:
Como en muchos tipos de tumores no conocemos la causa primaria. Sin duda no existe una única causa. Muchos investigadores coinciden que los rayos UV, provenientes de la exposición solar pueden ser una causa muy importante. También hay que considerar que las teorías más modernas de biología celular del cáncer le atribuyen una enorme importancia al tejido adyacente al tumor, en otras palabras, el CCE es un tumor de células del epitelio (por eso es carcinoma), pero este epitelio enfermo se apoya sobre células de sostén (tejido conectivo que se denomina estroma). Las células epiteliales están fuera de control, se asemejan a células embrionarias en vez de tener el aspecto de células diferenciadas, se autoperpetúan y son inmortales. Pero esto que ocurre en el epítelio no podría ocurrir si no hubiese un sostén (células estromales) que aporte nutrientes, factores de crecimiento y muchísimos factores necesarios para vivir. Cuando hay un CCE toda la piel está enferma (campo neoplásico) por más que la lesión se limite a una pequeña superficie. El hecho que este tumor aparezca en animales adultos hace pensar que también puede haber una distracción de los sistemas de defensas del organismo (evasión sobre el sistema inmune). A veces el médico veterinario puede identificar causas coadyuvantes de los procesos tumorales, por ejemplo situaciones de estrés crónico. En el CIV nos llama la atención que cuando consultamos sobre si existió en los últimos 2 años algún suceso familiar traumático muchas veces el propietario nos relata que lo hubo: mudanzas, separaciones, algún familiar muy allegado a la mascota se fue de casa, se introdujo una nueva mascota muy dominante o muchas otras causas. La pregunta es... ¿Puede ser éste un factor más en la etiología del tumor? Después de 16 años de recibido y de 12 años de estar vinculado a la inmunología no me atrevo a afirmarlo, pero me la realizo cada vez con más frecuencia.
En definitiva, desde el CIV, afirmamos que el cáncer no lo curamos, pero podemos garantizar que es nuestro objeto de estudio y cuanto más avanzamos en ofrecer estos tratamientos inmunoterápicos más seguros estamos que promovemos aumentos de sobrevida, tratamientos no tóxicos y en definitiva una mejor calidad de vida. En la clínica recurriremos a aplicar todos los recursos posibles para acompañar a nuestros compañeros de la mejor manera posible. Desde el punto de vista científico cuanto más casos clínicos desarrollemos con protocolos inmunoterápicos más hipótesis científicas podremos elaborar con los equipos de investigación interdisciplinarios para comprender la dinámica de esta compleja patología.
En el CIV apostamos a la vida.
MV.Pablo Maure
Centro de Inmunoterapia Veterionario
info@civargentina.com.ar
FOTO: KENIA, felina, Común europea
viernes, 15 de octubre de 2010
RECOMENDACIONES A TENER EN CUENTA PARA LOGRAR LA ADAPTACIÓN CORRECTA DE LOS CANINOS
Las siguientes pautas y consejos preventivos sólo son aplicables a animales que, habiendo sido evaluados por un veterinario especializado en Etología Clínica, no presenten alteraciones en su comportamiento. De haber algún problema de comportamiento deberá realizarse la consulta correspondiente para arribar al diagnóstico, pronóstico y tratamiento adecuados.
1) ADAPTACIÓN A LA MUDANZA Y AL AMBIENTE NOVEDOSO
- De ser posible, llevar al perro a conocer la casa nueva antes de realizar la mudanza.
- Si se puede, conviene que el último en mudarse sea el perro, luego de haber trasladado muebles, cajas, etc.
- Permitir la exploración de todos los espacios nuevos, especialmente aquellos donde el animal va a ser alojado. Si es un macho, permitir que marque con orina el nuevo territorio.
- Llevar a la nueva casa todos sus elementos de pertenencia (juguetes, comederos, mantas, cuchas, etc.).
- Intentar mantener las costumbres de horarios de salidas, comidas y actividades de juego como en la antigua casa.
- Si la nueva vivienda es temporaria (guardería o pensionado) o permanente pero con nuevos propietarios, agregar a los elementos del perro alguna prenda de vestir usada por su amo (o con su perfume) para que la utilice como “trapo” para jugar o dormir.
2) ADAPTACIÓN A NUEVAS MASCOTAS
- En el primer encuentro, procurar que éste siempre se produzca dentro de una situación controlada y supervisada por el propietario (siempre con collar y correa puestos, para poder sujetarlo y manejarlo).
- Cuando esté presente la nueva mascota, se le prestará atención al canino “en adaptación”, y se realizarán actividades que le resulten agradables (darle un juguete, un premio, acariciarlo, jugarle, etc.).
- Respetar los espacios y tiempos del canino “en adaptación”, impidiendo que la nueva mascota use sus elementos o lo moleste mientras descansa o come.
- Respetar y fomentar la jerarquía natural: dar atención y alimento siempre primero al animal más dominante (macho entero adulto joven de mayor talla, por ejemplo) y recién después al animal subordinado (hembra o macho castrado, o cachorro, o geronte).
3) ADAPTACIÓN A LOS NIÑOS
Las siguientes pautas sólo son aplicables a perros que estén socializados con niños, y cuyo comportamiento sea normal (es decir, que ha sido evaluado por un veterinario especializado en Etología Clínica y no se han detectado patologías comportamentales). En caso contrario (perros no socializados con niños durante el período sensible de socialización, entre las 3 y las 12 semanas de edad, o perros con alteraciones comportamentales como agresión o ansiedad), se recomienda la consulta especializada para obtener asesoramiento específico sobre cómo proceder.
Dado que los perros no reconocen a los niños como “seres humanos pequeños”, sino que los interpretan como si fueran una especie diferente (y consideran diferentes entre sí a los bebés que están en brazos con respecto a los niños pequeños que ya caminan), es importante lograr la correcta adaptación (aun de aquellos perros que se llevan bien con adolescentes o adultos).
- Antes del nacimiento de un bebé, presentarle al perro los elementos del “ajuar” que ya estén en la casa (ropita, moisés, toallas, etc.) para que reconozca los perfumes que se suelen usar en la indumentaria “de bebé”.
- Una vez que ha nacido, mostrarle para que huela los elementos usados por el bebé (ropa, pañales, baberos, etc.) antes de presentarle al niño, y “regalarle” alguna batita o ropa que el niño ya no utilice, para que juegue o duerma con ella.
- Presentarle al bebé o niño en una situación controlada (siempre con collar y correa puesto, para poder sujetarlo y manejarlo).
- Cuando esté presente el bebé o niño, se le prestará atención al canino “en adaptación”, y se realizarán actividades que le resulten agradables (darle un juguete, un premio, acariciarlo). Si el niño tiene edad suficiente, procurar que sea éste quien le prodigue atención, juego, juguetes o golosinas (premios).
- Si es un niño pequeño que ya camina, supervisar los encuentros llevando al animal con correa. El adulto puede agacharse y caminar junto y a la altura del niño, llevando juntos “a pasear” al perro dentro de la casa.
- Educar al niño explicándole cómo debe acariciar al perro, que no debe molestarlo mientras descansa o se alimenta (e impedir que estas situaciones ocurran).
Por Dra. Marina Snitcofsky
Etología Veterinaria
Foto: "Dana", cocker. Paciente del Serv Vet Integral
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